El problema no es tropezar, sino que te guste la piedra.

Mirar por la venta, enpanados, a la nada, porque allí donde mires verás su cara, sus gestos, sus ojos, sus labios, su cuerpo, sus besos, lo que te enamora de él; sonreir cuando dices su nombre, cuando lo dicen otros. Escribir su iniciales junto a las tuyas por todas partes sin pensarlo, por puro impulso, hacer corazones en lo cristales, en los folios, en la arena, en tus manos. Estar feliz a todas horas, independientemente de los demás, del mundo, independiente del resto, en tu mundo, a solas con tus pensamientos, a solas con la persona más importante del mundo, pero él te hace feliz, es lo único que necesitas, lo único que necesitamos es el amor. Y mi amor es Él.